viernes, 10 de octubre de 2008

El valor del tiempo


Para entender el valor de una hermana, pregúntale a alguien que no tiene una.

Para entender el valor de diez años, pregúntale a una pareja recién divorciada.

Para entender el valor de cinco años, pregúntale a un recién graduado.

Para entender el valor de un año, pregúntale a un estudiante que fracasó en su examen final.

Para entender el valor de nueve meses, pregúntale a una madre que acaba de dar a luz.

Para entender el valor de un mes, pregúntale a una madre que acaba de dar a luz un bebé prematuro.

Para entender el valor de una semana, pregúntale a un editor de una revista semanal.

Para entender el valor de un minuto, pregúntale a alguien que ha perdido el tren, el autobús o un avión.

Para entender el valor de un segundo, pregúntale a alguien que haya sobrevivido un accidente.

El tiempo no espera por nadie. Atesora cada momento que tienes. Lo apreciarías más si lo compartes con ese ser especial. Porque para entender el valor de un amigo o un ser querido, basta con perderlo.

Jorge Luis Borges dijo: “Con el tiempo aprendes que estar con alguien porque te ofrece un buen futuro significa que tarde o temprano querrás volver a tu pasado.

Con el tiempo te das cuenta que casarse sólo porque “te estás quedando” es una clara advertencia de que tu matrimonio será en fracaso.

Con el tiempo comprendes que sólo quien es capaz de amarte con tus defectos, sin pretender cambiarte, puede brindarte toda la felicidad que deseas.

Con el tiempo te das cuenta de que si estas al lado de esa persona solo por acompañar tu soledad, irremediablemente acabarás deseando no volver a verla.

Con el tiempo te das cuenta de que los amigos verdaderos valen mucho más que cualquier cantidad de dinero.

Con el tiempo entiendes que los verdaderos amigos son contados, y que el que no lucha por ellos tarde o temprano se verá rodeado sólo de amistades falsas.

Con el tiempo aprendes que las palabras dichas en un momento de ira pueden seguir lastimando a quien heriste, durante toda la vida.

Con el tiempo aprendes que disculpar cualquiera lo hace, pero perdonar es sólo de almas grandes.

Con el tiempo comprendes que si has herido a un amigo duramente, muy probablemente la amistad jamás volverá a ser igual.

Con el tiempo te das cuenta de que cada experiencia vivida con cada persona, es irrepetible.

Con el tiempo te das cuenta de que el que humilla o desprecia a un ser humano, tarde o temprano sufrirá las mismas humillaciones o desprecios multiplicados.

Con el tiempo aprendes a construir todos tus caminos en el hoy, porque el terreno del mañana, es demasiado incierto para hacer planes.

Con el tiempo comprendes que apresurar las cosas o forzarlas a que pasen ocasionará que al final no sean como esperabas.

Con el tiempo te das cuenta de que en realidad lo mejor no era el futuro, sino el momento que estabas viviendo justo en ese instante...

Con el tiempo aprenderás que intentar perdonar o pedir perdón, decir que amas, decir que extrañas, decir que necesitas, decir que quieres ser amigo…ante una tumba, ya no tiene ningún sentido”.

Bien dicen que el hombre se hace viejo muy pronto y sabio demasiado tarde…justamente cuando ya no hay tiempo.

viernes, 3 de octubre de 2008

El idioma según Fontanarrosa


El genial dibujante y escritor Roberto Fontanarrosa escribió poco antes de su muerte un artículo que en lo personal no sólo tenía su sello humorístico sino mucha verdad respecto a la evolución del lenguaje. A un año de su partida terrenal quiero compartirlo con ustedes. Espero que lo disfruten como yo lo hice.

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En esta época de globalización, aggiornate o quedás afuera... De qué carajo?. Ni idea... Desde que a las insignias las llaman "pins", a los maricones "gays", a las comidas frías "lunchs" y a los repartos de cine "castings", Argentina no es la misma. Ahora es mucho más moderna; durante muchos años, los argentinos estuvimos hablando en prosa sin enterarnos. Y lo que todavía es peor, sin darnos cuenta siquiera de lo atrasados que estábamos. Los chicos leían revistas en vez de "cómics", los jóvenes hacían asaltos en vez de "partys", los estudiantes pegaban "posters" creyendo que eran carteles, los empresarios hacían negocios en vez de "business" y los obreros, tan ordinarios ellos, a mediodía sacaban la fiambrera en lugar del "tupper".Yo, en la primaria, hice "aerobics" muchas veces, pero en mi ignorancia, creía que hacía gimnasia. Afortunadamente, todo esto hoy cambió; Argentina es un país moderno y a los argentinos se nos nota el cambio exclusivamente cuando hablamos, lo cual es muy importante...Cuando estudiábamos con todo para dar un parcial en la facultad decíamos "estoy hasta las bolas ó hasta las manos" cuando en realidad, no nos dábamos cuenta que estábamos a "full", que queda mucho más paquete y es un "wording" mucho más simple viste?Cuando decidíamos parar un poco para comer ó tomar algo, decíamos "la cortamos y vamos al bar a comer unos carlitos ó panchos"; éramos tan ignorantes que no nos dábamos cuenta que en realidad estábamos haciendo un "break"; y ahora somos más piolas: vamos a McDonald's a comer unas "burguers"... No es lo mismo decir "bacon" que tocino, aunque tengan la misma grasa, no vestíbulo que "hall", ni jugar al polo con ventaja que con "handicap". Las cosas, en otro idioma, mejoran mucho y tienen mayor presencia.

Desde que Nueva York (sorry New York) es la capital del mundo, nadie es realmente moderno mientras no diga en Inglés un mínimo de cien palabras. Desde ese punto de vista, los argentinos estamos ya completamente modernizados. Ya no tenemos centros comerciales: ahora son todos "shoppings". Es más, creo que hoy en el mundo no hay nadie que nos iguale. Porque, mientras en otros países sólo toman del inglés las palabras que no tienen porque sus idiomas son pobres, ó porque tienen lenguajes de reciente creación, como el de la Economía o la Informática, nosotros, más generosos, hemos ido más allá: adoptamos incluso las que no nos hacían falta, lo que demuestra nuestra apertura y nuestra capacidad para superarnos. Tomando otros ejemplos, ya no decimos facturas, sino "cookies", que queda mucho más fino, ni tenemos sentimientos, sino "feelings" que son mucho más profundos.

Y de la misma manera sacamos "tickets", compramos "compacts", usamos "kleenex", comemos "sandwichs", vamos al "pub", hacemos "footing" (nada de andar caminando así nomás) y los domingos, cuando vamos al campo (que los más modernos llaman "country") en lugar de acampar como hasta ahora, hacemos "camping". Y todo ello, con la mayor naturalidad y sin darle apenas importancia. Los carteles que anuncian rebajas, dicen "Sale 20% OFF". Y cuando logramos meternos detrás de algún escenario hacemos "backstage". Obviamente, esos cambios de lenguaje han influido en nuestras costumbres, han cambiado nuestro aspecto, que ahora es mucho más moderno y elegante, es decir, más "fashion".

Los argentinos ya no usamos calzoncillos, sino "slips" o "boxers" y después de afeitarnos, usamos "after shave" que deja la cara mucho más suave que la loción berreta que usaba mi abuelo. Tampoco viajamos más en colectivo sino en "bus"; ya no corremos: hacemos "joggins"; ya no estudiamos, hacemos "masters"; no estacionamos, utilizamos el "parking". En la oficina, el jefe ya no es el jefe, es el "boss" y está siempre en "meetings" con los "public relations" o va a hacer "business" junto con su secretaria o mejor "assistant". En su maletín de mano, a diferencia de los de antes, que estaban repletos de papeles, lleva tan solo un teléfono, una "laptop" y un "fax-módem"; minga de agenda de papel: ahora es una "palmtop"... aunque seguramente la secretaria es de La Boca, hace "mailings" y "trainings" y cuando termina el trabajo va al gimnasio a hacer "fitness" y "aerobics". Allí se encuentra con todas sus amigas "assistant" del "jet set", que vienen de hacerse el "lifting" y con alguna "top model" fanática del "body-fitness" y del "yoghurt light". Y cuando van a un "cocktail" piden "roast-beef" que, aunque no lo creas, es más digestivo y engorda menos que la carne.

En TV nadie hace entrevistas ni presenta como antes. Ahora hacen "interviews" y presentan "magazines", en lugar de los programas de revistas que dan mucha más presencia, aunque parezcan siempre los mismos. Si el presentador dice mucho O.K. y se mueve todo el tiempo, al magazine se lo llama "show", que es distinto que un espectáculo. Y si éste es un show porno, es decir tiene carne, se lo adjetiva "reality" para quitarle la cosa podrida que tiene en castellano. En las tandas, por supuesto, ya no nos ponen anuncios sino "spots" que, aparte de ser mejores, nos permiten cambiar de canal, o sea hacer "zapping". El mercadeo ahora es el "marketing"; las franquicias comerciales, "franchising"; el mercadismo, "merchandising", el autoservicio, el "self-service"; el escalafón, el "ranking"; la carne, "steak"; el representante, el "manager" y la entrega a domicilio, el "delivery".

Ya no hay cuentapropistas sino "entrepreneurs" y el viejo y querido margen entre la compra y la venta se llama "mark up". Y desde hace algún tiempo, los importantes son "vips", los auriculares, "walk-man"; los puestos de venta, "stands"; los ejecutivos, "yuppies"; las niñeras, "baby-sitters" y los derechos de autor, "royalties". Y por supuesto ya no pedimos perdón, decimos "sorry" y cuando vamos al cine no comemos pochoclo, sino "pop-corn" que es más rico. Para ser ricos del todo y quitarnos el complejo de país tercermundista que tuvimos algún tiempo y que tanto nos avergonzó, sólo nos queda decir "siesta" con acento americano, que es la única palabra que el español ha exportado al mundo, lo que dice a favor nuestro...

Como dijo Inodoro Pereyra: "Ya no quedan más domadores. Ahora todos son licenciados en problemas de conducta de equinos marginales..."


Piero y los americanos

viernes, 26 de septiembre de 2008

Si vas desistir lee ésto


La salvadoreña Charo García me escribió hace unos días sobre lo fácil que es darse por vencido y lo difícil que resulta para los seres humanos sobreponerse a las adversidades y luchar por alcanzar sus metas. Sin embargo, muy entusiasta y optimista me alcanzó algunos ejemplos que vale la pena retranmitirlos

Michael Jordan, la superestrella del basketbol fue expulsado del equipo escolar por indisciplinado.

Winston Churchill repitió el sexto grado. Fue Primer Ministro de Inglaterra a los 62 años de edad, luego de una vida muy dura, incluyendo su alcoholismo.

Albert Einstein no habló hasta los 4 años de edad y aprendió a leer a los 7. Su maestra lo calificó como “mentalmente lerdo”. Fue expulsado de la escuela y no le admitieron en el Politécnico de Zurich.

En 1944, Emmeline Snively, directora de la Agencia de Modelos Blue Book Modeling, le dijo a la candidata Norman Jean Baker (Marilyn Monroe): “sería mejor que hicieras un curso de secretaria o te buscaras un buen marido”.

Al rechazar a un grupo de rock inglés llamado The Beatles, un ejecutivo de Decca Recording Company dijo: “No nos gusta ese grupo”.


Cuando Alexander Graham Bell inventó el teléfono en 1867, buscó quienes lo financiaran en el proyecto. El presidente Rutheford Hayes dijo: “Es un invento extraordinario, ¿pero quién lo va a usar?”.

Thomas Alva Edison hizo 2,000 experimentos hasta inventar la lámpara. Un joven reportero le preguntó el por qué de tantos fracasos. Edison respondió: “No fracasé ni una vez. Ocurre que fue un proceso de 2,000 pasos”.

A los 46 años, después de perder progresivamente la audición,
Ludwing Van Beethoven quedó completamente sordo. Y asi compuso buena parte de su obra, incluida 3 sinfonías en los últimos 6 años.

Por eso no debemos pensar que nuestro tiempo pasó, Mientras aquí estemos, siempre habrá algo para aprender y mucho por hacer.

¿Piensas desistir de intentar algo?.

viernes, 19 de septiembre de 2008

El latido del silencio

Volví a hablar con ella hace unas noches. Nos habíamos encontrado varias veces en los últimos meses pero no me atreví a platicar más de lo necesario. Mi alejamiento fue por su bien, y creo que también por el mío. Fuimos muy dependientes uno del otro y dicen que eso nunca acaba de la mejor forma. En nuestro caso la sentencia se cumplió.

No recuerdo quién dio el primer paso para superar las tensiones de años anteriores. Debe haber sido ella pues hasta ahora es una mujer sin rencores, locuaz y sin tristeza alguna.

La conocí una tarde de verano y su belleza juvenil tatuó desde entonces mi alma y mi cuerpo. Le dije que la amaba y ella me dijo te amo igual. Le dije que siempre sería suyo y ella me dijo lo mismo. Le dije que nunca la dejaría y ella me dijo así será. Le dije adiós un día y ella me dijo adiós.

Al conversarle esa noche sentí la sensación de la vez primera. Medí cada una de mis palabras intentando construir no sé qué. No me atreví a mirarla fijamente pues no deseaba delatar mi debilidad. Temí lastimarla y que otra vez me mantuviera a distancia.

Los seres humanos hacemos estupideces cada día, construimos y destruimos, aclaramos y enturbiamos, damos vida y matamos, elevamos algo y lo tiramos al piso, y yo hice muchas, especialmente con ella. Y sin embargo estaba sentada frente a mi, diciéndome sin decirlo: ¡ya me olvidé cómo te portaste!.

Juntos vivimos tanto. Reímos, bailamos, viajamos, bebimos, gritamos, lloramos, sufrimos, nos lastimamos, pero por sobre todo nos amamos. ¿Cuánto?. Ella lo sabe y yo lo sé. ¿Lo demostramos?. Creo que fue insuficiente. ¿Seguimos en nuestros pensamientos?. De ella no sé, de mi parte nunca la olvidé.

Debo admitir que es imposible borrar de la memoria a una hembra como ella. Su risa transitada de doncella a mujer, su evolución de timidez a certeza, su crecimiento de estudiante a profesional, todo eso estando a su lado, permanecen en mi. Sigue tan linda como el día en que decidimos ser uno del otro. Me arriesgué a expresarlo pero solamente sonrió. Si me creyera que no fue un cumplido.

Dialogué con ella de nuevo, como antes, y estuve inseguro. No me atreví a decirle que respiro distinto cuando la veo. Tuve vergüenza de invitarle a que dicho encuentro se repitiera. Callé cuando quería pedirle que me abrazara. Deseé colocar su cabeza en mi hombro y permanecí inmóvil. Quise tomar su mano pero ni lo intenté. Sólo rocé sus labios al despedirnos y esta escena se me repite despierto y dormido.

No sé qué estará pensando. No me atrevo a preguntarle. Tengo temor a su respuesta.

Detalles - Roberto Carlos

viernes, 12 de septiembre de 2008

Los hombres también lloran

No recuerdo exactamente a qué edad, pero estoy seguro que no pasaba los cinco años, cuando escuché eso de que los hombrecitos no lloraban. Esa debilidad estaba destinada exclusivamente para las mujeres, pero no para nosotros. Uno podía golpearse o ser golpeado, castigado con suspensiones de juegos, salidas, visitas a los amigos, o simplemente ser amonestado por nuestros padres con palabras que un pequeño considera duras, y no debería desahogarse con el llanto.

Tal sentencia de que los hombres no lloraban, y que mi generación y otras más escucharon durante décadas, fue la herencia recibida por nuestros padres, quienes a su vez la recibieron de nuestros abuelos, y éstos de los bisabuelos. ¿Cuál fue el motivo?. No lo sé. Quizás tiene su base en la sociedad de antaño que hacía diferencias entre sexo débil y sexo fuerte. Lo cierto es que ver llorar a un hombre era imposible pues hacerlo en público solamente demostraba su cobardía.

Si bien hay un componente cultural para que muchos varones no manifiesten sus sentimientos, existe en otros un problema patológico que los médicos denominan alexitimia que es la incapacidad para transmitir emociones. Según investigadores, esta alteración la sufren una de cada siete personas, siendo en su mayoría los conocidos hombres de hielo o de corazón de piedra.


La reflexión sobre el llanto viene a mí luego de acompañar a un amigo cercano durante el funeral de su esposa hace unos días. Esa mañana Reynaldo se quebró de dolor mientras Silvia partía de su lado tras soportar dos años de un cáncer que no perdonó su juventud ni su maternidad reciente. Antes le había visto llorar incontables veces y quienes estuvimos con él en tales momentos, todos hombres, jamás creímos que fuera un cobarde.

Y recordando se proyectaron ante mi múltiples escenas donde nadie sintió vergüenza por derramar lágrimas.

Vi a Manuel la última vez que se quedó sin trabajo, despedido, sin recibir siquiera las gracias por tantos años de aporte profesional, sin vacaciones, sin horas extras, sin indemnización, sin nada. Allí estaba frente a mí, bramando su rabia, impotente, preocupado por su familia y su manutención.

Vi a Richi, mi compañero de la universidad, sufriendo al descubrir la infidelidad de su esposa, su amor de toda la vida, y madre de sus tres hijos varones. Y también vi llorar a estos jovencitos cuando fueron informados que el matrimonio de sus padres llegaba a su fin.

Vi emocionarse a curtidos y veteranos hombres de la calle al momento de entregarse en cuerpo y alma a Cristo, algo que minutos antes de suceder creían impensable.

Vi a mi padre llorar en silencio ante la partida de su madre y cuando un pequeño hijo también se fue una noche.

Vi a muchos llorar por el nacimiento de un niño, por los quince años de sus hijas, por la llegada de un nieto, porque se graduaron, porque sus hijos ingresaron a la universidad, porque consiguieron trabajo después de tiempo, porque lograron adquirir la casa por la que tantos años lucharon o, simplemente, porque perdió el equipo de sus amores.

Fueron llantos de alegría, de rabia, de tristeza, de frustración, de emoción, de impotencia, de nerviosismo, Fueron sentimientos expresados y eso hace sentirse vivo.

Vi llorar a muchos hombres y también lloré por éso.

Dejenme si estoy llorando - Los Angeles Negros

viernes, 5 de septiembre de 2008

El nuevo idioma español


Anda circulando por el ciberespacio los aportes idiomáticos realizados por los jóvenes durante los últimos años. En vista de esta importante evolución del castellano, la Real Academia de la Lengua los tomaría en consideración pues ya se cansó se dictar reglas que nadie hace cumple ni toma en cuenta. Esta contemporánea ortografía española buscaría unificar nuestro idioma y al mismo tiempo evitaría confusiones. Dicen que esta reforma haría más simple el castellano, pondría fin a los problemas de otros países y lograría que nos entendamos de manera universal quienes hablamos esta noble lengua.

Entre las nuevas disposiciones figurarían:

Supresión de las diferencias entre c, q y k. Komo despegue del plan, todo sonido parecido al de la k será asumido por esta letra. En adelante pues, se eskribirá: kasa, keso, Kijote...

Se simplifikará el sonido de la c y z para igualarnos a nuestros hermanos hispanoamericanos ke convierten todas estas letras en un úniko fonema “s” Kon lo kual sobrarán la c y la z: "El sapato de Sesilia es asul".

Desapareserá la doble c y será reemplasada por la x: "Tuve un axidente en la Avenida Oxidental". Grasias a esta modifikasión, los españoles no tendrán desventajas ortográfikas frente a otros pueblos, por su estraña pronunsiasión de siertas letras.

Asimismo, se funden la b kon la v; ya ke no existe diferensia alguna entre el sonido de la b y la v. Por lo kual, a partir del segundo año, desapareserá la v. Y beremos kómo bastará kon la b para ke bibamos felises y contentos.

Pasa lo mismo kon la elle y la y. Todo se eskribirá kon y: "Yébeme de paseo a Sebiya, señor Biyar". Esta integrasión probokará agradesimiento general de kienes hablan kasteyano, desde Balensia hasta Bolibia.

La hache, kuya presensia es fantasma, kedará suprimida por kompleto: Así, ablaremos de abas o alkool. No tendremos ke pensar kómo se eskribe sanaoria y se akabarán esas komplikadas y umiyantes distinsiones entre "echo" y "hecho". Ya no abrá ke desperdisiar más oras de estudio en semejante kuestión ke nos tenía artos.

Para mayor konsistensia, todo sonido de erre se eskribirá kon doble r: "Rroberto me rregaló una rradio".

Para ebitar otros problemas ortográfikos, se fusionan la g y la j, para ke así, jitano se eskriba komo jirafa y jeranio komo jefe. Aora todo ba kon jota: "El jeneral jestionó la jerensia". No ay duda de ke esta sensiya modifikasión ará ke ablemos y eskribamos todos kon más rregularidad y más rrápido rritmo.

Orrible kalamidad del kasteyano, en jeneral, son las tildes o asentos. Esta sankadiya kotidiana jenerará una axión desisiba en la rreforma; aremos komo el inglés, ke a triunfado universalmente sin tildes. Kedaran ellas kanseladas y abran de ser el sentido komun y la intelijensia kayejera los ke digan a ke se rrefiere kada bokablo. Berbigrasia: "Komo komo komo komo!".

Las konsonantes st, ps o pt juntas kedaran komo simples t o s, kon el fin de aprosimarnos lo masimo posible a la pronunsiasion iberoamerikana.

Kon el kambio anterior diremos ke etas propuetas okasionales etan detinadas a mejorar ete etado konfuso de la lengua. Tambien seran proibidas siertas konsonantes finales ke inkomodan y poko ayudan al siudadano. Asi, se dira: "¿ke ora es en tu relo?", "As un ueko en la pare" y "La mita de los aorros son de agusti".

También se suprimiran las eses de los plurales, de manera ke diremos "la mujere" o "lo ombre".

Despues yegara la eliminasion de la d del partisipio pasao y kanselasion de lo artikulo. El uso a impueto ke no se diga ya "bailado" sino "bailao", no "erbido" sino "erbio" y no "benido" sino "benio".

Kabibajo asetaremo eta kotumbre bulgar, ya ke el pueblo yano manda, al fin y al kabo. Además kedaran suprimia esa de interbokalika ke la jente no pronunsia. Adema y konsiderando ke el latin no tenia artikulo y nosotro no debemo imbentar kosa ke nuetro padre latin rrechasaba, kateyano karesera de artikulo.

Sera poko enrredao en prinsipio y ablaremo komo fubolita yugolabo, pero depue todo etranjero beran ke tarea de aprender nuebo idioma resultan ma fasile.

Profesore terminaran benerando akademiko ke an desidio aser rreforma klabe para ke sere umano ke bibimo en nasione ispanoablante gosemo berdaderamente del idioma de “Serbante y Kebedo.”

Eso si: Nunka asetaremo ke potensia etranjera token kabeyo de letra eñe. La eñe rrepresenta balore ma elebado de tradision ispanika y primero kaeremo mueto ante ke asetar bejasione a simbolo ke a sio korason bibifikante de istoria kastisa epañola unibersa.

¿Simple ficción o vamos camino a eso?


Los jóvenes y su nuevo lenguaje

viernes, 29 de agosto de 2008

¿Cómo hicimos para sobrevivir?

Desde México, Maximiliano Rojas, comenta el blog de la semana anterior. Me dice que a propósito hay muchas interrogantes que debemos responder respecto a las vivencias de los niños y jóvenes de esta época. Por ello me plantea algunos cuestionamientos que traslado a ustedes.

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¿Cómo hiciste para sobrevivir de niño?. ¿Si viviste de niño en los 70’s, 80’s o principio de los 90’s cómo hiciste para sobrevivir?.

De niños andábamos en autos que no tenían cinturones de seguridad, ni bolsas de aire e ir en la parte de atrás de una camioneta, era un paseo especial y nos peleábamos por tener ese privilegio.

Nuestras cunas estaban pintadas con brillantes colores de pintura a base de plomo y jamás nos intoxicamos ni sufrimos de retardo mental. No teníamos tapas con seguro contra niños en las botellas de medicina, gabinetes, ni puertas.

Cuando andábamos en bicicleta no usábamos casco, rodilleras o coderas. ¿Y recuerdas que podíamos convertir la bici en moto colocando simplemente un pedazo de cartón o un vaso desechable entre los rayos de la llanta trasera?.

Quienes tenían la fortuna de tener un amigo con bicicleta se las ingeniaban para remolcarnos y en la esquina se acordaban que no tenían frenos. Después de varios choques aprendimos a resolver el problema. Sí, nosotros chocábamos con arbustos o caíamos en tierra, no chocábamos con autos; además salíamos a jugar con la única condición de regresar antes del anochecer.

Tomábamos agua de la manguera del jardín, de la llave o donde la encontráramos, siempre y cuando nos quitara la sed, y no de una botella de agua purificada.

Apenas terminaban nuestras clases del colegio, salíamos apurados rumbo a nuestras casas para comer lo que nos había preparado mamá, pero antes de ello saboreábamos cualquiera de los diferentes dulces sin marca que nos ofrecían a la salida de la escuela.

Nos cortábamos, nos rompíamos un hueso, perdíamos un diente, pero nunca hubo una demanda por éstos accidentes. Nadie tenía la culpa, unicamente nosotros mismos.

Comíamos bizcochitos, tomábamos muchas bebidas con azúcar y nunca teníamos exceso de peso porque siempre estábamos afuera jugando y corriendo. Compartíamos una gaseosa entre cuatro, la tomábamos de la misma botella y nadie se moría por eso.

No teníamos play stations, MP3, Nintendo 64, X boxs, juegos de video, 99 canales de tv en cable, videograbadoras, cine, sonido “surround”, celulares, computadoras, messenger, internet, ni nada por el estilo. Sólo teníamos verdaderos amigos. Bastaba subirnos a la bicicleta o caminar hasta su casa, tocar el timbre o sencillamente entrar sin tocar. Y allí estaban dispuestos a jugar, ahí afuera, en este mundo cruel, sin un guardián alquilado por papá.

Gastábamos horas y horas construyendo unos carritos de cajas o tubos. Hacíamos juegos con palitos, bolas de tenis, jugábamos hoyo, bote pateado, policías y ladrones, al escondido, beisbol, bola de trapo y en algún equipo que se formaba para jugar un partido; no todos llegaban a ser elegidos y no había desencanto llevado a trauma.

Algunos estudiantes no eran tan brillantes como otros y cuando perdían un año simplemente lo repetían. Nadie iba al psicólogo, al psicopedagogo, nadie tenía dislexia, simplemente repetía y tenía una segunda oportunidad.

¡Teníamos libertad, fracasos, éxitos, responsabilidades y aprendíamos a manejarlos!.

viernes, 22 de agosto de 2008

Síntomas de vejez

La gente que está en las universidades nació en 1989. Para ellos ha existido solamente un Papa antes que el actual.

Nunca cantaron "We are the world, we are the children" y cuando García Márquez ganó el Nobel ni siquiera sabían leer.

Tenían 3 años cuando la Unión Soviética se desintegró. No se acuerdan de la Guerra Fría y conocen una sola Alemania, aunque en el colegio les hayan contado que hubo dos.

Son demasiado jóvenes para acordarse de la explosión del trasbordador espacial "Challenger" y probablemente nunca sabrán qué fue el "Desafío Pepsi".

Para ellos, el SIDA ha existido toda la vida. No alcanzaron a jugar con el Atari. El CD entró al mercado cuando no tenían ni un año de vida. Jamás tuvieron un tocadiscos. Nunca jugaron Pacman. StarWars les parece bastante falso y sus efectos especiales muy patéticos.

Muchos de ellos no saben, o no recuerdan, que los televisores sólo tenían 13 canales y se cambiaban con perilla; más aún, incluso algunos no han visto nunca un televisor en blanco y negro, y tampoco pueden explicarse siquiera lo que es ver la tele sin control remoto.

Nacieron seis años después que la Sony puso a la venta el Walkman. Para ellos los patines siempre tuvieron las ruedas en línea y ni hablemos de la normalidad con la que ven un teléfono celular o una computadora personal. No conocieron Plaza Sésamo, Perdidos en el espacio, Topo Gigio o El llanero solitario.

Nunca se meten a nadar pensando en "Tiburón" ni creo que hayan usado lonchera de metal.

Para ellos Michael Jackson siempre fue blanco. Y cómo van a creer que Travolta pudo bailar con esa panza.

No recuerdan quién era la "Mujer maravilla", "El hombre nuclear", "La mujer biónica", o el general de los “Dukes de Hazard". Tampoco oyeron la expresión: "El avión, jefe, el avión", o pudieron decir "Por el poder de Greiscol", o "Thunder, thunder, thunder cats oooooooohhhhhhhhh".

Están en nada si les preguntas por “Marco”, "La abeja maya" o "La pequeña Lulú". Y creen que los "Ángeles de Charlie" o “Misión Imposible” fue un estreno cinematográfico.


¡CUIDATE DE ESTOS SÍNTOMAS!:

1.- Cuando entiendes el texto anterior y sonríes melancólicamente.

2. Cuando haces deporte y orgulloso, le cuentas a todo el mundo que lo haces.

3. Cuando hay varios remedios en tu mesa de noche.

4. Cuando te empieza a gustar la sopa que rechazabas de niño.

5. Cuando la virginidad hace tiempo que no te importa.

6. Cuando necesitas mas que una mañana para recuperarte de una trasnochada.

7. Cuando tú mismo cuelgas la toalla después de ducharte.

8. Cuando te molesta que otro deje la pasta de dientes destapada.

9. Cuando tus amigos se casan sin estar apurados.

10. Cuando tus primos chicos te piden cigarros.

11. Cuando les pides a tus sobrinos orientación sobre computación.

12. Cuando vas a la playa y puedes pasar todo el día sin bañarte.

13. Cuando ves los partidos y musicales por TV, en vez de ir a verlos en vivo.

14. Cuando vuelves a llevar regalos a los cumpleaños, como cuando eras chico.

15. Cuando, para hacer deporte, compras ropa que te tape en vez de mostrar.

16. Cuando prefieres ver a un amigo que hablar con él o ella horas por teléfono.

17. Cuando ya sabes lo que quieres.

18. Cuando necesitas de anteojos para leer este post.


We are the world, we are the children


viernes, 15 de agosto de 2008

Lo que cuesta criar un hijo (II)


Algunas semanas atrás publiqué que un matrimonio deberá gastar entre 148 mil y 300 mil dólares para criar a un hijo desde que nace hasta que éste cumpla su mayoría de edad. También precisé que tal indicador fue resultado de un trabajo diseñado por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos y abarca los costos de alimentación, vivienda y escolaridad. David Miranda, un docente universitario colombiano, me hizo llegar un comentario extenso que deseo reproducirlo:

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Recientemente publicaste que el costo de crianza de un niño desde su nacimiento, hasta la edad de 18 años, era de 148 mil dólares, para una familia de clase media. Para aquellos que tenemos hijos, estos números nos llevan a fantasear sobre todo el dinero que podríamos tener amontonado si no fuera por ellos. Para otros, este número podría confirmar su decisión de seguir sin hijos.

Pero 148 mil dólares no es una cifra tan grande si la desglosamos, ya que se convierte en: $ 8,222.22 por año, $ 685.18 por mes, $ 158.11 por semana. O sea, tan sólo $ 22.58 por día, un poco menos de un dólar por hora.

Aun así, se pudiera pensar que el mejor consejo financiero podría ser: “No tengas niños si quieres ser rico”. Y además hay quienes se extrañan que haya padres dispuestos a invertir no sólo 148 mil sino 300 mil o más dólares.

Yo creo que aquí debemos cambiar el concepto y preguntarnos ¿qué vamos a obtener a cambio de esta gasto?. Permíteme ensayar algunas respuestas:

-El derecho a darle tus nombres y apellidos.
-Escuchar sus risitas bajo las sábanas todas las noches.
-Recibir más amor del que tu corazón pueda soportar.
-Inagotables besos de mariposa y abrazos de oso.
-Su asombro interminable ante las maravillas de la naturaleza.
-Una mano para llevarlo por donde quiera.
-Un compañero para volar cometa o construir castillos en la arena.
-Alguien que te hace reír con sus ocurrencias cuando estés molesto.

Sólo con un hijo nos sorprenderemos cuando mantenga el equilibrio en la bicicleta o aprenda a sumar y restar o cuando ya empiece a leer sin nuestra ayuda. Un hijo es la excusa perfecta para dejar de hacer tus cosas y ponerte a ver dibujos animados un sábado por la mañana, ir al cine para disfrutar las nuevas películas de Disney, o simplemente pedir juntos un deseo a una estrella fugaz.

Con él pegarás arco iris, corazones y flores debajo de los imanes del refrigerador y coleccionarás flores de tallarines pintados para navidad, impresiones de las manos en arcilla y tarjetas con dibujos en la parte de atrás para el Día del Padre o de la Madre. Con él podrás disfrutar cada actuación que tenga en su colegio o escucharás atento la canción o poema que aprendió para ti en el día de tu cumpleaños.

Por 148 mil dólares no hay mejor gasto para tu dinero.

Serás su héroe sólo por recuperar un juguete del techo del garaje, por quitar las ruedas de entrenamiento de la bicicleta, por sacar una astilla, llenar la piscina inflable, llevarlo de caballito muy lejos y por adiestrar su equipo de fútbol que nunca gana pero que siempre logra como premio un helado.

Por 148 mil dólares conseguirás un asiento VIP en su historia para ser testigo de su primer paso, su primera palabra, su primer diente, su primera oración, su primera vez en los juegos mecánicos, su primera cita. Gracias ese gasto conseguirás ser inmortal pues agregarás otra rama a tu árbol genealógico y, si tienes suerte, nietos.

Si lo sabes hacer, con un hijo te graduarás con todos los honores en otras ramas del saber humano como la psicología (para escuchar sus problemas), la nutrición (para enseñarle a alimentarse y que no coma sólo lo que le gusta), el derecho (para aplicarle justicia cuando haga travesuras o se porte mal), las comunicaciones (para escucharle y que te escuche) y en sexualidad humana, (cuando sus despertares de adolescente te abrumen con sus preguntas). Eso es algo que ninguna universidad del mundo puede igualar.

Ante los ojos de tu hijo, especialmente cuando es un niño, estás en el mismo escalafón con Dios, pues tienes todo el poder para calmar su llanto, espantar los monstruos que están debajo de su cama, remendar su corazón roto cuando le abrume la tristeza, organizar y vigilar sus primeras fiestas. Pero lo más importante: Amarlos sin límites, de forma tal que un día ellos amen como tú, sin tomar en cuenta el costo.

Por todo ello, un hijo jamás será un gasto sino una buena inversión. ¿No crees?

viernes, 8 de agosto de 2008

El nacimiento de Ramiro


Hace unos días, mientras manejaba, Ramiro -el primer hijo que tuve con Liliana, mi ex esposa- me preguntó por qué le puse tal nombre. Quería confirmar de mis labios si era cierta aquella historia que alguna vez le contó su mamá.

Yo le respondí que todo comenzó meses antes de que planificáramos su nacimiento. En realidad se gestó cuando Omar, mi cuñado, esperaba la llegada de su segundo hijo. Admirador de Rubén Blades y Willie Colón, acababa de escuchar el disco Maestra Vida, considerado la primera ópera salsa original, que narra la historia familiar de cualquier barrio latinoamericano, pero realizado con mucha calidad musical y elementos narrativos literarios.

Uno de sus temas mejor logrados y con mucho ritmo para bailar se tituló “El nacimiento de Ramiro”, el cual describe ese momento maravilloso que tiene un padre ante la llegada del hijo. La canción transmite, además, todas las sensaciones que se comparten en un vecindario de extracción popular, donde la alegría de uno es la alegría de los demás.

Omar me anunció que su hijo a nacer se llamaría Ramiro porque la composición le parecía biográfica. Yo la escuché y también creí lo mismo, mucho más cuando parte de la letra decía “Nació mi niño, mi niño, nuestro niño, quién lo creyera que después de haber andado tanta esquina, correteado tanta hembra y enredado en mil problemas iba yo a salir papá”. Aplaudí su decisión pero lamenté que se me adelantara.

Finalmente le nació una linda nena y el nombre quedó a mi disposición para cuando llegara tal acontecimiento.

Hacia diciembre de 1986 pude cristalizar ese deseo cuando -pese a una negligencia médica- Ramiro llegó a nuestro hogar. Su gestación no fue completa, nació antes que cumpliera los siete meses, con un peso menor a los dos kilos y un tamaño muy inferior a lo habitual. Sólo su permanencia de varias semanas en la incubadora y la mano divina hicieron de él un chico normal. Hoy, a sus 21 años, con un metro ochenta de estatura y un sobrepeso digno de su profesión de cheff, recuerdo ese momento como si fuera ayer.

Ahora que me pidió confirmarle el porqué le puse ese nombre vienen a mi todas las escenas de esa película que llevamos grabada en nuestro interior y que se reestrenan cuando alguien aprieta el botón debido.

No es sino hasta que se uno se vuelve padre en que podemos comprender en su real magnitud a nuestros padres. No es sino hasta ese momento indescriptible en que nuestras vidas pasan a depender de ellos, tan frágiles a simple vista pero tan sólidos para transmitirnos existencia.

Mi gordo, con su pregunta, hizo que soltara todos mis entusiasmos como el primer día que nació. Y allí, entre el tráfico infernal que por estos días vivimos en Lima, fuimos conversando de otros temas como cuándo conocí a su mamá o el día que nos casamos, esto sin descuidar los detalles de esa boda que, según le recuerdan sus abuelos, fue hermosa y muy concurrida.

Los años pasan tan pronto -y por esta época pareciera que más rápido- que en menos de lo que uno piensa nuestros pequeños se vuelven hombres que ya trabajan y orgullosos desean invitarte algo o gastar su dinero para hacerte un regalo.

A veces el tiempo nos juega una mala pasada y las relaciones de pareja no se mantienen como uno quisiera. A veces se deterioran, a veces se rompen, a veces se acaban, pero los hijos siempre estarán allí para recordarnos que fueron el resultado de una relación de amor.

Ramiro en las voces de Blades y Colón

viernes, 1 de agosto de 2008

Saliendo con otra mujer

El ciberespacio te abre múltiples posibilidades de contactarte con gente de todo el mundo, ya sea por el chat o por los correos, aunque muchos sean spam o cadenas que se reenvian sin fin. Uno de ellos titulado “Mi esposa me recomendó salir con otra mujer”, llamó mi atención y lo abrí. Creo que vale la pena leerlo.

*****

Después de varios años de matrimonio descubrí una nueva manera de mantener viva la chispa del amor. Desde hace poco tiempo había comenzado a salir con otra mujer, en realidad todo había sido idea de mi esposa.

-¡Tu sabes que la amas! -me dijo un día, tomándome por sorpresa. La vida es muy corta, dedícale tiempo.
-¡Pero yo te amo a ti! - protesté.
-Lo sé, pero también la amas a ella.

La otra mujer a quien mi pareja quería que yo visitara, era mi madre, viuda desde hace unos años, pero las exigencias de mi trabajo y mis hijos hacían que sólo la visitara ocasionalmente. Esa noche la llamé para invitarla a cenar y al cine.

-¿Qué te ocurre?. ¿Estás bien?" me preguntó.

Mi madre es el tipo de mujer que una llamada tarde, en la noche o una invitación sorpresiva es indicio de malas noticias.

-Creí que sería agradable pasar algún tiempo contigo, le respondí. Los dos solitos... ¿Qué opinas?
Reflexionó sobre ello un momento. Me gustaría muchísimo, dijo.

Ese viernes mientras conducía para recogerla después de mi trabajo me encontraba nervioso, era el nerviosismo que antecede a una cita. Y, por Dios, cuando llegué a su casa, ví que ella también estaba muy emocionada. Me esperaba en la puerta con su viejo abrigo puesto, se había ido a la peluquería y usaba el vestido con el que celebró su último aniversario de bodas, su rostro sonreía, irradiaba luz como un ángel.

-Les dije a mis amigas que iba a salir con mi hijo y se mostraron muy emocionadas, me comentó mientras subía al auto. No podrán esperar a mañana para escuchar acerca de nuestra velada, agregó.

Fuimos a un restaurante no muy elegante, pero si muy acogedor, mi madre se aferró a mi brazo como si fuera "La Primera Dama de la Nación". Cuando nos sentamos tuve que leerle el menú. Sus ojos sólo veían grandes figuras. Cuando iba por la mitad de las entradas, levanté la vista: mi mamá está sentada al otro lado de la mesa y sólo me miraba. Una sonrisa nostálgica se le delineaba en los labios.

-Era yo quien te leía el menú cuando eras pequeño, ¿recuerdas?.
-Entonces es hora de que te relajes y me permitas devolver el favor, respondí.

Durante la cena tuvimos una agradable conversación, nada extraordinario, sólo ponernos al día uno con la vida del otro. Hablamos tanto que nos perdimos el cine.

-Saldré contigo otra vez, pero sólo si me dejas invitar, dijo ella.

Cuando la llevé a su casa, la sentí, la besé, la abracé, le dije cuánto la quería.

-¿Cómo estuvo la cita?, quiso saber mi esposa cuando llegué aquella noche.
-Muy agradable, gracias, mucho más de lo que imagine.

Días más tarde mi madre murió de un infarto fulminante, todo fue tan rápido, no pude hacer nada. Al poco tiempo recibí un sobre del restaurante donde habíamos cenado mi madre y yo, contenía una nota que decía:

"La cena está pagada por anticipado, estaba casi segura que no podría estar allí,
pero igual pagué para dos, para ti y tu esposa,….
jamás podrás entender lo que aquella noche significó para mi. ¡Te amo"!
Tu Mamá......

En ese momento comprendí la importancia de decir a tiempo ¡TE AMO! y darles a nuestros seres queridos el espacio que se merecen; nada en la vida será más importante que Dios y tu familia, dales tiempo porque ellos no pueden esperar.
Si vive tu madre....... disfrútala....
Si no..... recuérdala...
Ten siempre presente que el tiempo nunca perdona.

viernes, 25 de julio de 2008

El amor sólo dura cuatro años

Durante muchos años nos aseguraron que eso que conocemos como amor con su matrimonio, pasiones, engreimientos y locuras, tenía una duración promedio de siete años. Inclusive, quienes más sabían de esto, hablaban de “la comezón del sétimo año” en alusión a las tentaciones que empezamos a sentir, sobre todo los varones, tras ese tiempo de convivencia.

Hoy, con todas las posibilidades de investigación existentes, científicos mexicanos han analizado la verdad de aquellas creencias y llegan a la conclusión -aunque usted no lo crea como diría Ripley- que el amor apenas dura cuatro años

Para ello realizaron múltiples análisis con implicancias neurológicas de este sentimiento que, al mismo tiempo, es resultado de un proceso físico químico que se activa en el cerebro y que es calificado por los propios científicos como un "estado demencial temporal".

Los responsables de esta novedosa información son especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), encabezados por Georgina Montemayor Flores, y aclaran que para ellos el amor se diferencia de la atracción física y sexual.

La especialista asegura que el enamoramiento activa en nuestro cerebro sustancias químicas que ocupan todas las neuronas y que sólo hacen pensar en el ser amado. “Cuando un individuo se enamora, se accionan las zonas que controlan emociones, como el tálamo, la amígdala, el hipotálamo, el hipocampo, el giro singulado y las partes del sistema límbico", expone.

Para sorpresa de muchos, el equipo de científicos mexicanos afirma que este estado físico químico no dura para siempre y que por lo general llega a un máximo de cuatro años o hasta que aparece otro ser que despierta esa pasión romántica, y sólo queda el apego o la compañía hacia una persona. “En este sentido, la condición sicológica del enamorado puede ser comparable con un estado obsesivo compulsivo", sostienen.

El trabajo que ha despertado polémica en la comunidad internacional advierte que el amor romántico es tan fuerte como el impulso de ingerir alimentos o tener sed, que se puede controlar en las primeras etapas, pero una vez activado es imposible detenerlo inmediatamente, aunque es temporal.

Para la experta mexicana el amor tiene un precio. “Por principio, se pierde la libertad y también se vuelve dependiente de otra persona, por ello, se debe recordar que el desamor libera. En sus inicios, el amor deviene en una obsesión de tales dimensiones que las personas dejan de ser productivas; de hecho las grandes obras de arte nunca se crearon cuando los autores estaban apasionados, sino después, en el proceso del desamor", expresa categóricamente.

Otra de los resultados de la investigación radica en el hecho de que sólo se puede estar enamorado de una persona a la vez, a diferencia del cariño o del deseo sexual que puede darse con varios o varias al mismo tiempo. Por eso, la especialista precisó que las personas entran y salen de tal estado de enamoramiento porque el cerebro no podría resistir tanto desgaste si se mantuviera así constantemente.

La investigación no explica comportamientos de personas que seguramente todos conocemos como eternamente enamoradas. Y si bien hoy son más frecuentes las rupturas o divorcios, en nuestro entorno vemos parejas muy enamoradas, con muchos años de relación, y que se deben reír de este trabajo.

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A propósito del bloq anterior, encontré este tema de Joaquin Sabina y una receta muy particular para vivir 100 años


Joaquín Sabina: Pastillas para no soñar

viernes, 18 de julio de 2008

Vivir cien años ya es posible


Una de los principales deseos del hombre ha sido descubrir la llamada fuente de la juventud y prolongar su vida. En su afán por encontrarla creó recetas y lanzó recomendaciones que incluyen hábitos alimenticios, aparte de cremas y operaciones que sólo sirven para un cambio estético.

Alberto Boveris, un científico argentino, obsesionado por el tema, asegura que si existieron personas que vivieron hasta los 120 años, uno de los objetivos de la medicina actual es que todos los seres humanos vivan tanto como aquellos y que lo hagan en forma saludable.

Hoy se conoce que sólo en Estados Unidos existen unos 75 mil ciudadanos que tienen más de 100 años y que en el mundo hay casi 200 mil que superan esa edad. Tal cifra resulta estimulante si recordamos que a comienzos del siglo XX apenas había unas 500 personas mayores a 100 años. Ahora es el grupo etario que más creció. Hace tres décadas, los jóvenes representaban el 33% de la población total, hoy son el 18%. Los mayores de 60 representaban el 12%, hoy son el 24%.

Un objetivo primordial es que al ingresar a lo que hoy se llama cuarta edad se goce de una vida saludable. En este sentido Japón lleva la delantera pues mientras su esperanza de vida es de 76 años y su expectativa de vida saludable es de 74.5 años, en nuestros países latinoamericanos, la esperanza de vida es de 74 años y la expectativa de vida saludable de 68. O sea que mientras los japoneses sufrirán los achaques propios de la vejez apenas entre el 1 y el 2% de su vida, nosotros -los de esta parte del continente- lo estaremos el 10% de nuestra existencia.

Los especialistas consideran que llegar a los cien años de edad, en buenas condiciones, será posible sin ninguna duda. Para ello se basan en las estadísticas del siglo XX que pudo elevar la vida del ser humano de los 50 a 80 años, fundamentalmente por los descubrimientos científicos que permitieron luchar contra las infecciones.

Dan Buettner, un investigador norteamericano, logró descubrir cuatro lugares del mundo donde la gente vive normalmente entre 90 y 100 años y cuenta cómo añadir años a su vida en su libro "The Blue Zones" (Las zonas azules). Estos lugares son la región de Barbagia en Cerdeña, la isla japonesa de Okinawa, una comunidad de Adventistas del Séptimo Día en Loma Linda en California y la península de Nicoya en Costa Rica.

El autor, quien trabajó el tema durante siete años, encontró factores comunes en los longevos, entre ellos relaciones familiares muy sólidas así como un estímulo para vivir y hábitos alimenticios saludables, además de una vida activa y beber en forma moderada.
Por otro lado, pruebas de laboratorio demostraron el rol clave que juegan tanto la vitamina E como la actividad física y mental. Es decir, una combinación de buena alimentación, ejercicios moderados y actividad neurológica.

Como se sabe, el envejecimiento es resultado de un complejo proceso que incluye desde la carga genética y la muerte celular hasta el medioambiente. Es decir que el hombre, desde que nace, incorpora a su organismo productos tóxicos altamente dañinos que van desde la polución y la radiación hasta el tabaco y los medicamentos, pasando por los aditivos químicos de alimentos procesados.

Si con el tiempo los avances médicos nos permiten llegar a esa edad, sería bueno pensar desde ahora qué haremos para no aburrirnos.

viernes, 11 de julio de 2008

Lo que cuesta criar un hijo

En Estados Unidos -uno de los países desarrollados donde todo se investiga- se ha llegado a la conclusión de que un matrimonio puede gastar entre 148 mil y 300 mil dólares para criar a un hijo hasta que éste cumpla su mayoría de edad.

Tal indicador es resultado de un trabajo diseñado por su propio Departamento de Agricultura y dado a conocer por el mismo gobierno norteamericano y abarca los costos de alimentación, vivienda y escolaridad de un niño nacido en el 2007 y que serán necesarios durante los próximos 18 años.

Las impresionantes cifras representan un mayor índice que lo gastado por las familias promedio estadounidenses en tiempos recientes. Y si bien demuestran un incremento, la novedad radica en que está disminuyendo el rubro de la alimentación pues, si antes se consideraba un 25% del presupuesto, en la actualidad sólo se dispone de 17%, sacrificando la buena comida.

En cambio, a diferencia de ello, el rubro de educación tuvo un espectacular crecimiento, pasando del 2% al 12%.

Sin embargo, el costo mayor que deberán disponer los matrimonios en Estados Unidos será el concerniente a vivienda; ahora se incrementa al 33% de los gastos totales, a diferencia de antes que alcanzaba el 27%.

Las primeras investigaciones del Departamento de Agricultura se iniciaron en 1960. Desde entonces las realizan anualmente con el fin de hacer proyecciones no solamente en su economía sino como información privilegiada para los hogares de su país y en el mismo se incluyen el transporte, salud y otras necesidades.

Dentro de las cifras alcanzadas se indican que mayor dinero en la crianza de los hijos se gasta durante la etapa de adolescente pues el consumo en vestimenta y distracciones se duplica a diferencia de cuando se era un niño.

Señala el gobierno norteamericano que una familia con ingresos promedio de 45,800 dólares sin los descuentos por impuestos puede gastar en términos reales unos 148,320 dólares durante los primeros 17 años del niño. Por otra parte, los hogares con ingresos superiores a 77,100 dólares al año, gastarán 298,680 dólares en la crianza de un hijo.

El Departamento Agricultura también notó que los costos de crianza de un niño son más grandes en la región urbana del oeste de Estados Unidos, y menores en la región norcentral y las zonas rurales del país.

En nuestras naciones latinoamericanas cuyos salarios mínimos van de 288 dólares (Venezuela) a 155 dólares (Perú) por mes ó 3,456 y 1,860 dólares por año, respectivamente, sería interesante que alguna institución haga un estudio para conocer qué cantidad exacta gastamos en criar a un hijo.

Si bien no existe un trabajo especializado, infinidad de informes, artículos, ensayos y variada documentación nos aseguran que sólo un mínimo privilegiado de menores de edad disfruta de todas las comodidades necesarias para su desarrollo infantil y juvenil hasta llegar a la mayoría de edad. El resto deberá conformarse con que sus padres tengan al menos ingresos y que les toque lo máximo posible en esa distribución familiar. Mientras, además de estudiar en escuelas públicas y atenderse en centros de salud del estado, también deberán sacrificar alimentación y distracciones.

El gran cantautor panameño Rubén Blades al comenzar la década de los ´80 creó su opera-salsa "Maestra Vida",
producida por Willie Colón. Entre los temas que incluyó hubo uno llamado “El Nacimiento de Ramiro” y desde entonces -para todos quienes gustamos de este género- se convirtió en el himno por la llegada de un hijo (al mío -que nació en 1986- le puse ese nombre por recuerdo a la canción). La simpleza y profundidad de su letra, aunque suene contradictorio, se sintetizan en un verso que dice “aunque sé que he andado en mil problemas trataré de darle todo lo que nunca tuve yo”.

Lo bueno -y hablo exclusivamente de los padres responsables, entre quienes me incluyo- es que cuando tenemos ingresos, sean muchos o pocos, no nos preocupamos en cuánto gastamos para criar a nuestros hijos, creemos que siempre será poco, sobre todo si al final ellos nos retribuyeron esta “inversión” siendo hombres serios y honestos.

Un recuerdo de los años ´70

viernes, 4 de julio de 2008

El amor te vuelve ciego

La famosa frase de que el amor te vuelve ciego ha dejado de ser una simple expresión para tener todo un respaldo científico. Investigaciones recientes sobre el funcionamiento del cerebro revelan que las personas enamoradas son incapaces de ver los defectos del ser amado y pierden la capacidad de criticar a sus parejas.

Mara Dierssen, neuróloga e investigadora del Centro de Regulación Genómica de Barcelona asegura que en determinados sentimientos, especialmente en los casos de amor romántico o maternal, se activan las mismas regiones del cerebro y, simultáneamente, se "desactiva" la zona del cerebro encargada del juicio social y de la evaluación de las personas.

La profesional -que expuso hace su trabajo unas semanas en el foro internacional “Amor, ciencia y sexo” realizado en España- afirma además que esta insólita situación ocurre no solamente con los seres humanos sino también en los animales y tal severación es resultado de varios años de estudios con la finalidad de conocer el complejo funcionamiento del cerebro.

Si bien, los trabajos no están concluidos, estos avances sirven para empezar a responder preguntas que nos hacemos desde siempre, como saber qué ocurre en nuestro interior cuando nos enamoramos, si es cierto que nos enamoramos con el cerebro o con el corazón y por qué a veces sentimos deseos sexuales y otras no.

Si bien, la Real Academia define la palabra amor como "un sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser", para la doctora Dierssen, el amor es mucho más simple y simplemente dice que es "una adicción química entre dos personas".

Según la investigadora, cuando hay enamoramiento sólo ocurren otros deseos como atracción física, apetito sexual, afecto y apego duradero. Estos sentimientos producen al interior un conjunto de alteraciones químicas que generan a su vez sustancias como la dopamina, responsable de la sensación de atracción o la serotonina, implicada en los pensamientos obsesivos.

El trabajo también permite comprobar que los cerebros de hombres y mujeres funcionan de manera diferente en cuestiones del amor, incluyendo lo relacionado a los deseos sexuales. "Se ha descubierto que existen diferencias entre géneros, de manera que el hombre es más sexual, tiene un apetito sexual más constante, mientras que la mujer es más sensitiva", explica Dierssen.

Con respecto a la infidelidad, la experta advierte que ésta se produce de diferente manera de acuerdo a las especies. Recuerda que, por ejemplo, sólo el tres por ciento de los mamíferos son monógamos, como los ratones de la pradera, las orcas o el hombre, mientras que la gran mayoría son promiscuos.

Sin embargo, Dierssen dio a conocer sobre un experimento hecho con ratones de montaña, caracterizados precisamente por su gran promiscuidad. Dijo que mediante una manipulación genética en estos animales se consiguió que los machos sean fieles a su pareja.

Se imaginan qué pasaría si este experimento se aplicara a los seres humanos. Qué pensarían ellas de tal posibilidad. Sobre todo cuando por otros estudios se conoce que un 15 por ciento de latinos reconoce haber sido infiel alguna vez en su vida y un 45 por ciento afirma que lo deseó en algún momento.

viernes, 27 de junio de 2008

Los padres modernos (II)


Parece que el blog escrito la semana pasada sobre los nuevos padres despertó varios comentarios, algunos altisonantes, pero comentarios al fin. Un lector argentino, que se identificó como “un padre de los antiguos”, pese a sus 42 años, me alcanzó algunas definiciones con el deseo que se los retransmita a ustedes. Cumplo con él.

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Es curioso cómo confundimos el amor y nos dedicamos a hacer felices a nuestros hijos, a cumplirles sus caprichos, a resolverles la vida y no pensamos en prepararlos para una vida dura, así que nuestros hijos nunca aprenderán a ganarse la vida y a ser autosuficientes. A eso se le llama hacerlos DEPENDIENTES E INUTILES.

Cada día los hijos pretextan su ayuda en las labores del hogar alegando que su única responsabilidad es estudiar y lo demás depende sólo de sus padres. A eso se le llama ser MANTENIDOS.

Para hacerlos felices les compramos la mejor ropa, hacemos que estudien en escuelas particulares y les damos dinero para sus gastos, los cuales -por cierto- no se ganan y lo que es más grave: creen que es tu obligación. Te sacrificas para que tus hijos tengan lo mejor y nunca quedan contentos, sólo recibes EXIGENCIAS Y EGOISMO.

Si miramos hacia atrás y revisamos los años de nuestra juventud, todo era muy diferente. No tenías celular y no pasaba nada. No tenías computadora. Te conformabas con la ropa que te podían comprar y no por eso te sentías diferente ni mal por no usar la marca X ó Z.

Si te llamaban la atención, o negaban un permiso, no faltabas ni amenazabas a tu papá. Para ir a una fiesta prometías regresar a una hora y la cumplías así no te gustara, de lo contrario no ibas a la siguiente. Entonces existía un valor que aprendimos desde niños: EL RESPETO. Había otros también: el orden, la disciplina y la obediencia.

Hoy, algunos padres no sólo les ayudan con sus tareas, sino que la hacen completa. Somos cómplices de nuestros hijos. Antes no te sobreprotegían, ni te solucionaban los problemas, tenías libertad hasta para cometer errores, lo cual te llevó a desarrollar un sentido de responsabilidad y de identidad. Eso se llama CRECER.

Tampoco faltaba un correazo bien puesto, que a nadie le ocasionó trauma alguno. A papá le escuchábamos con respeto y la orden de mamá se acataba sin protestar; sus consejos no eran catalogados como cantaletas. Ellos ponían las reglas sin miedo a que dijeras: “no me comprenden” o “me voy de la casa”. ¿A dónde ibas a ir y dónde te tratarían mejor que en tu casa?. Si no querías comer te quedabas con hambre y no te daban dinero para comprar porquerías en la tienda.

¿Que podemos hacer con los hijos de hoy?.

Enséñales a ganar su propio dinero con honestidad, para que sepan lo que cuesta administrarlo y disfrutarlo. Enséñales a valorar la oportunidad del estudio, no todas las personas tienen el privilegio de prepararse, tener una profesión y formar un plan de vida equilibrado.

Enséñales a respetar a sus semejantes para que cuando tengan su pareja la sepan cultivar y procurar. La igualdad entre hombres y mujeres no es faltarse al respeto, ni tener jerarquías ventajosas.

Enséñales a formar su escala de valores que los harán seres humanos de bien, útiles a su familia y a la sociedad. Que sepan que los valores no pasaron de moda ni son piezas de museo. Enséñales a quererse a sí mismos para que cuando tengan sus hijos, los amen y eduquen.

Ponte las pilas. Hagamos que nuestros hijos aprendan que el respeto, compromiso, honestidad, humildad, cortesía, prudencia, generosidad, agradecimiento y nobleza de corazón…los hará unos seres humanos de excelencia….¡Después de todo no es tan difícil….Prueba y verás!.

¡Cumplido con su encargo amigo argentino!.

Soy Rebelde, un tema generacional

viernes, 20 de junio de 2008

Los padres modernos

A propósito de que hace unos días se celebró en nuestros países el Día del Padre y en el mes de Mayo el Día de la Madre, Vanesa -una lectora mexicana- me escribió un correo con algunas reflexiones sobre nuestro rol de padres en la actualidad.

Ella asegura que somos de las primeras generaciones de padres decididos a no repetir con los hijos los mismos errores que pudieron haber cometido nuestros progenitores. Y en el esfuerzo de abolir los abusos del pasado, ahora somos los más dedicados y comprensivos, pero a la vez los más débiles e inseguros que ha dado la historia.

Añade que lo grave es que estamos lidiando con unos niños más igualados, beligerantes y poderosos que nunca existieron. “Parece que en nuestro intento por ser los padres que quisimos tener, pasamos de un extremo al otro. Así que, somos los últimos hijos regañados por los padres y los primeros padres regañados por nuestros hijos. Los últimos que le tuvimos miedo a nuestros padres y los primeros que tememos a nuestros hijos. Los últimos que crecimos bajo el mando de los padres y los primeros que vivimos bajo el yugo de los hijos. Lo que es peor, los últimos que respetamos a nuestros padres, y los primeros que aceptamos que nuestros hijos no nos respeten” asegura.

Nuestra lectora precisa que en la medida que el permisivismo reemplazó al autoritarismo, los términos de las relaciones familiares han cambiado en forma radical, para bien y para mal.

Recuerda que antes se consideraban buenos padres a aquellos cuyos hijos se comportaban bien, obedecían sus órdenes y los trataban con el debido respeto. Y buenos hijos a los niños que eran formales y veneraban a sus padres. Pero en la medida en que las fronteras jerárquicas entre nosotros y nuestros hijos se han ido desvaneciendo, hoy los buenos padres son aquellos que logran que sus hijos los amen, aunque poco los respeten.

Coincido con la lectora cuando afirma que son los hijos quienes ahora esperan el respeto de sus padres, entendiendo por tal que les respeten sus ideas, sus gustos, sus apetencias, sus formas de actuar y de vivir. Y que además les patrocinen lo que necesitan para tal fin.

“Como quien dice, los roles se invirtieron, y ahora son los papás quienes tienen que complacer a sus hijos para ganárselos, y no a la inversa, como en el pasado” escribe Vanesa.

La reflexión sirve para explicar el esfuerzo que hoy hacen tantos papás y mamás por ser los mejores amigos de sus hijos y parecerles "muy cool" a sus hijos.

Nuestra amiga mexicana enfatiza cuando dice que los extremos se tocan, y si el autoritarismo del pasado llenó a los hijos de temor hacia sus padres, la debilidad del presente los llena de miedo y menosprecio al vernos tan débiles y perdidos como ellos. “Los hijos necesitan percibir que durante la niñez estamos a la cabeza de sus vidas como líderes capaces de sujetarlos cuando no se pueden contener y de guiarlos mientras no saben para dónde van. Si bien el autoritarismo aplasta, el permisivismo ahoga”, expresa.

“Sólo una actitud firme y respetuosa de nuestra parte permitirá que los hijos confíen que somos idóneos para gobernar sus vidas mientras sean menores, porque vamos adelante liderándolos y no atrás cargándolos y rendidos a su voluntad. De tal forma que sólo así evitaremos que las nuevas generaciones se ahoguen en el descontrol y hastío en el que se está hundiendo la sociedad que parece ir a la deriva, sin parámetros, ni destino”, finaliza.

Puede que más de uno se sienta aludido por tantas verdades. En lo personal suscribo varias de sus afirmaciones. En todo caso, hoy somos padres muy diferentes a los nuestros pero, también hoy, comprendemos su comportamiento. ¡Y se los agradecemos!.

viernes, 13 de junio de 2008

¿La religión es para los viejos?

Desde que tengo uso de la razón siempre escuché que la religión y sus prácticas son para los niños y para las personas mayores, quienes al acercarse a la muerte inevitable se van redimiendo de sus pecados y excesos por este mundo. Así de esta forma están preparados para cuando llegue el final y, por si acaso, ganarse el cielo en caso que exista.

Yo no comprendía, siendo todavía un niño, cuando algunos tíos se preguntaban qué habría cuando todo aquí en la tierra se acabe. Si sería cierta la existencia de una vida extraterrenal. Mis pensamientos que apenas frisaban los 7 ú 8 años estaban sólo entusiasmados con la posibilidad de encontrarme con Dios mediante mi primera comunión. Y así, entre cursos de religión, asistiendo a misa los domingos, ayudando al sacerdote como acólito transcurrió mi primaria, entusiasmado con el catecismo y las historias que la Biblia nos traía.

Fue una mañana de abril de 1968, en la primera clase de Historia Universal que todo lo aprendido en temas religiosos se vino abajo cuando el profesor empezó a hablar sobre la aparición del hombre sobre la tierra pero de Adán y Eva nada. Recuerdo que miré a mi compañero de carpeta y en voz baja nos preguntamos en qué momentos aparecían nuestros primeros padres, aquellos que nos enseñó la Biblia, pero nuestra timidez de colegiales de 11 años nos hizo callar y no pedirle al profesor una explicación. Sólo nuestra propia curiosidad nos dio la respuesta real tiempo después.

Pese a ese desencanto estudiantil, mi fe -y creo que la de la inmensa mayoría de personas de conozco, permanece intacta. Y si bien el mundo hoy es testigo de la existencia de más agnósticos también se reconoce la existencia de un Dios o ser superior, no importando la religión que se profese.

Menciono todo esto -y supongo que se habrán dado cuenta- porque los oficios religiosos o actividades similares tienen hoy en día no sólo la participación de niños y viejos como se creía antes, sino a muchos jovencitos y jovencitas que muestran un amor al prójimo que a los de mi generación les daba vergüenza expresar. Puede que para ello haya contribuido el incremento de colegios parroquiales o la participación más activa de los hermanos o pastores en la enseñanza. Lo único cierto es que allí están, sin vergüenza de nada.

Wilkins, un cantaatutor portorriqueño, prodigio que empezó en el arte a los cinco años y creador de temas como Margarita -de la película Salsa- Sopa de Caracol, No se puede Morir por Dentro y la conocida versión de Lambada, compuso cuando apenas tenía 22 años un tema que sin querer fue incorporado como parte del repertorio religioso: “Cómo no creer en Dios”, el cual fue grabado en Argentina.

El joven Wilkins que por entonces ya estaba incorporado a la disquera Fania, y había grabado con Tito Puente, Ismael Rivera, Danny Rivera, entre otros, empezando a conocer además las tentaciones del mundanal sistema, escribió los versos más hermosos que alguien pudiera imaginar para explicar sobre la existencia de un Dios.

Hoy, a sus 54 años, el artista que se retiró el año pasado tras 43 producciones discográficas, reconoce que el tema no lo hizo con el objetivo de que se convirtiera en un tema religioso sino de esperanza y fe, algo que parece entenderlo la Corporación Wong cuando propietarios y empleados se reúnen cada 1 de mayo para celebrar el Día del Trabajo y lo cantan como
corolario de su ceremonia.

Wilkins dice que mientras estemos en este mundo que conocemos y esperamos el otro que no conocemos debemos vivir con fe, amar con fe y también brindar con fe. No por gusto es un próspero industrial del vino al que puso por marca “Fe”.

Hoy -que está sobre las cinco décadas- ya está convertido en un divulgador de la fe y con sus palabras hechas canciones invita a mirar al cielo porque aún existe esperanza de alcanzarlo.

¿Por creer en la religión y tener fe en la vida después de la muerte se puede decir que estamos volviéndonos viejos?

Cómo no creer en Dios

viernes, 6 de junio de 2008

Los amos de casa

Con esto de que los tiempos cambian y la igualdad de géneros es el norte en toda sociedad que se precie de civilizada y democrática, hay un tema que poco se menciona, ya sea por machismo o por prejuicio, y es el relacionado a la mayor participación de los hombres en las tareas domésticas.

¿Amos de casa?. ¡Bah, es una exageración!.

Al menos así no lo piensa el Consejo sobre Familias Contemporáneas que recientemente acaba de presentar un estudio en su conferencia anual realizada en la Universidad de Illinois en Chicago, el mismo que analiza el comportamiento de los varones durante las últimas tres décadas, lapso que contempla la disminución de brecha con las mujeres.

Dicho trabajo preparado por los investigadores Scott Coltrane, de la Universidad de California y Oriel Sullivan, de la Universidad Ben Gurión concluye que en estos tiempos los hombres intervienen mucho más en las tareas domésticas, lo cual incluye el cuidado de los niños, a diferencia de su antigua participación. Refieren que aún cuando este cambio todavía es lento, resulta significativo y permite una mejor relación con la pareja.

Ambos profesionales también criticaron las posiciones de colegas suyos quienes afirmaron que debido al avance del movimiento feminista, y pese a los cambios en educación, empleo y política, las mujeres no pudieron modificar la dinámica familiar relacionada con sus hogares y no han conseguido subsanar ese vacío que les era destinado por generaciones.

"Nuestra investigación sugiere que estos estudios se sustentan en expectativas irreales de transformación instantánea. Sus investigadores subestimaron el grado de cambios que ocurre en el ámbito privado y la creciente disposición de los hombres para adaptarse a las nuevas conductas y nuevos valores de sus esposas", precisan. En este sentido aseguran que hoy se comparten las tareas familiares mucho más que antes.

Para ello toman como ejemplo Estados Unidos donde las ocupaciones hogareñas se distribuyen por consenso, aliviando sustancialmente el trabajo que era destinado exclusivamente para las mujeres. Los estudios de alcance nacional muestran que desde 1965 hasta comienzos del presente siglo el aporte de los hombres pasó del 15 al 30%. En contraparte, la mujer casada promedio con empleo a tiempo parcial o completo, y con hijos, realiza dos horas menos de labores domésticas.

El principal aporte de los hombres al trabajo en casa ha sido principalmente el cuidado de los hijos, triplicando en este aspecto a lo que ocurría 30 años atrás. Según los autores esto se debe a que gran parte del mundo occidental industrializado entiende la necesidad de una participación de responsabilidades entre hombres y mujeres tanto de la vida familiar como del trabajo remunerado fuera del hogar.

Creo que en nuestras sociedades subdesarrolladas también se incrementó el número de varones realizando tareas en casa -y creo que en mayor porcentaje que en las sociedades desarrolladas- pero por otra razón: el desempleo. Cada vez son más los hombres -sobre todo si pasaste los 50 años- que se quedan sin trabajo. Y. por lo general, si en un hogar los dos trabajaban, será la esposa quien sobreviva con el empleo un tiempo más.

Conozco varios amigos que al quedarse sin trabajo y sobrevivir sólo con los ingresos de sus esposas y con algunos ingresos esporádicos haciendo taxi, o haciendo cachuelos, debieron sacrificar gastos y poner lo mejor de si para que la crisis no los tumbe. Así, de pronto estuvieron no sólo llevando a los hijos al colegio o recogiéndoles sino también ayudándoles en las tareas escolares, limpiando la casa, lavando y planchando la ropa, cocinando y, por supuesto, dedicándose otras horas a buscar ingresos para cerrar su déficit presupuestal.

Y también conozco de varios que al llegar la hora de acostarse -y cuando iban a ser recompensados por sus esposas con una tierna noche de amor, debido a este aporte- se quedaron dormidos comprendiendo ahora si, lo que significa ser un “amo de casa”.