viernes, 6 de junio de 2008

Los amos de casa

Con esto de que los tiempos cambian y la igualdad de géneros es el norte en toda sociedad que se precie de civilizada y democrática, hay un tema que poco se menciona, ya sea por machismo o por prejuicio, y es el relacionado a la mayor participación de los hombres en las tareas domésticas.

¿Amos de casa?. ¡Bah, es una exageración!.

Al menos así no lo piensa el Consejo sobre Familias Contemporáneas que recientemente acaba de presentar un estudio en su conferencia anual realizada en la Universidad de Illinois en Chicago, el mismo que analiza el comportamiento de los varones durante las últimas tres décadas, lapso que contempla la disminución de brecha con las mujeres.

Dicho trabajo preparado por los investigadores Scott Coltrane, de la Universidad de California y Oriel Sullivan, de la Universidad Ben Gurión concluye que en estos tiempos los hombres intervienen mucho más en las tareas domésticas, lo cual incluye el cuidado de los niños, a diferencia de su antigua participación. Refieren que aún cuando este cambio todavía es lento, resulta significativo y permite una mejor relación con la pareja.

Ambos profesionales también criticaron las posiciones de colegas suyos quienes afirmaron que debido al avance del movimiento feminista, y pese a los cambios en educación, empleo y política, las mujeres no pudieron modificar la dinámica familiar relacionada con sus hogares y no han conseguido subsanar ese vacío que les era destinado por generaciones.

"Nuestra investigación sugiere que estos estudios se sustentan en expectativas irreales de transformación instantánea. Sus investigadores subestimaron el grado de cambios que ocurre en el ámbito privado y la creciente disposición de los hombres para adaptarse a las nuevas conductas y nuevos valores de sus esposas", precisan. En este sentido aseguran que hoy se comparten las tareas familiares mucho más que antes.

Para ello toman como ejemplo Estados Unidos donde las ocupaciones hogareñas se distribuyen por consenso, aliviando sustancialmente el trabajo que era destinado exclusivamente para las mujeres. Los estudios de alcance nacional muestran que desde 1965 hasta comienzos del presente siglo el aporte de los hombres pasó del 15 al 30%. En contraparte, la mujer casada promedio con empleo a tiempo parcial o completo, y con hijos, realiza dos horas menos de labores domésticas.

El principal aporte de los hombres al trabajo en casa ha sido principalmente el cuidado de los hijos, triplicando en este aspecto a lo que ocurría 30 años atrás. Según los autores esto se debe a que gran parte del mundo occidental industrializado entiende la necesidad de una participación de responsabilidades entre hombres y mujeres tanto de la vida familiar como del trabajo remunerado fuera del hogar.

Creo que en nuestras sociedades subdesarrolladas también se incrementó el número de varones realizando tareas en casa -y creo que en mayor porcentaje que en las sociedades desarrolladas- pero por otra razón: el desempleo. Cada vez son más los hombres -sobre todo si pasaste los 50 años- que se quedan sin trabajo. Y. por lo general, si en un hogar los dos trabajaban, será la esposa quien sobreviva con el empleo un tiempo más.

Conozco varios amigos que al quedarse sin trabajo y sobrevivir sólo con los ingresos de sus esposas y con algunos ingresos esporádicos haciendo taxi, o haciendo cachuelos, debieron sacrificar gastos y poner lo mejor de si para que la crisis no los tumbe. Así, de pronto estuvieron no sólo llevando a los hijos al colegio o recogiéndoles sino también ayudándoles en las tareas escolares, limpiando la casa, lavando y planchando la ropa, cocinando y, por supuesto, dedicándose otras horas a buscar ingresos para cerrar su déficit presupuestal.

Y también conozco de varios que al llegar la hora de acostarse -y cuando iban a ser recompensados por sus esposas con una tierna noche de amor, debido a este aporte- se quedaron dormidos comprendiendo ahora si, lo que significa ser un “amo de casa”.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Sí, el desempleo ayuda mucho en esa situación. Yo mismo, en mis primeras tres semanas de desocupación, me dediqué a las cosas de la casa.

De otro lado, es bueno marcar siempre una distancia de la mala influencia materna, es esta una buena forma, y yo comencé por ahí.

Anónimo dijo...

Yo también creo que el desempleo es un factor fuerte para empezar a ayudar en la casa y no sentirnos mal. También entiendo el desgaste físico que ello significa para nuestras eposas

Anónimo dijo...

Buenas tardes Max!hoy he leído,todo tu blog,me parecen tan acertadas tus apreciaciones,de cada artículo! mis felicitaciones! Clau,desde Río Gallegos,Santa Cruz,Argentina!